En un mundo tan lleno de estímulos, tan repleto de marcas, actividades y ofertas que se esfuerzan por llamar nuestra atención… todo se ha vuelto gris, nada despierta nuestro interés. Es muy difícil lograr que alguien se detenga en su ajetreada vida y dedique unos segundos a escuchar lo que tienes que decirle. Y prácticamente imposible que tras escucharte, se interese y vuelva a pensar en ello.
Vivimos en un día a día gris. La mayoría de la gente va al trabajo, se aliena durante ocho horas haciendo algo que tal vez no le disgusta, pero que tampoco le motiva especialmente, y después vuelve a casa, come, duerme y ve pasar los días, todos iguales… mientras sueña con las vacaciones. Todos sueñan con el momento de hacer aquello que realmente les gusta. Muchos ni siquiera saben qué es lo que les gusta, y sin embargo sueñan con ello.
Si quieres llamar la atención de la gente, hazles soñar. Porque los sueños son el alimento del alma y por muy gris que sea el mundo que habitamos, todos necesitamos soñar.