A dos centímetros de ti, mi pulso se acelera, repaso tu rostro, tu nariz, tus pecas, tus ojeras.
Tus ojos hablan en silencio gritando sentimientos que tu boca niega… Sé que me deseas.
El tiempo se ha detenido en este abrazo, nuestros cuerpos se han fundido y en el hueco de nuestros brazos han caído todos los pedazos de nuestros corazones heridos.
Nuestras almas se tocan en miradas que provocan sentimientos sin control. Es tan grande la emoción que nos sobra la ropa, la piel y hasta el colchón.
Sé que me quieres besar
tanto como quiero yo,
pero algo no te deja y al acercar mi boca me dices que no y te alejas.
Yo sé que puedo recoger los retazos de tu corazón y construir de nuevo fuertes lazos entre los dos. Pero para eso amor, debes primero dejar tu miedo aparcado en un rincón. |
Estrellas difusas > Poesia >