Hace tiempo que tenía un nudo en mi corazón, que de noche me oprimía y de día no aflojaba su presión.
No sabía de dónde provenía la grisácea desazón que nublaba mi visión.
Pero ahora sopla el viento llevándose las nubes y la soga que tuve atada en mi interior, ha soltado sus cabos, ha volado, y me siento henchido de color. |
Estrellas difusas > Poesia >