Te vas y mi luz se apaga, y me dices hasta luego, pero es un adiós, y pienso: en qué momento perdió intensidad el fuego que brillaba en tu mirada, en qué momento se rompió el lazo entre tú y yo. Si cada vez que te veo mi estrella brilla de nuevo, se me hace imposible que tu alma no vibre al ritmo de este juego. Pero sé que no sientes como yo, y me dices hasta luego porque duele escuchar adiós.
Y yo te sonrío intentando no llorar, te beso en la mejilla, te veo marchar. Y en un segundo, ya a solas, todo mi mundo se desmorona.
Y me consuelo pensando que una vez me quisiste, que volamos al viento dados de la mano, que una vez nos amamos y tal vez el tiempo vuelva a traerte a mi lado. |
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