Pasa el tiempo y nada cambia, pasan días, meses, años, y cada mirada tuya sigue haciéndome daño.
Este clavo, tengo claro, no sale con otro clavo.
Tus sonrisas penetraron mis defensas construidas, como flechas acertaron en mi alma perdida.
Estoy dado, se ha acabado, abandono ya esta vida.
Y aunque tú pasaste página, mis recuerdos se quedaron y empapados en mis lágrimas lentamente se oxidaron. |
Estrellas difusas > Poesia >