Que venga un huracán y arrase mi ciudad, que se hunda el suelo bajo mis pies. Que me azoten y torturen, que me cuelguen del revés, que lama mi cuerpo el fuego y se abran mis heridas, que todo lo queme el sol, plagas y hambre asolen el mundo entero. Que alguien me arranque el corazón. Que me quiten la vida. No tengo miedo. Pues perder tu alegría es lo único que temo. |
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