Hay sonrisas que llegan donde nadie ha ido y palabras que derrumban todo lo vivido reduciéndolo a un suspiro.
Despedidas eternas grabadas a fuego, me giro y tu silueta sigue inmóvil, esperando, quiero quedarme quieta, seguirte el juego, volver y quedarme hablando, pero no puedo y me voy temblando.
Porque en un instante rompiste mi escudo y como nunca antes me sentí al desnudo bajo tu mirada. Por que sin saberlo, sin creerlo, sin querer verlo, ya estaba enamorada. |
Estrellas difusas > Poesia >