Cómo se puede llegar a pensar en dejar de respirar y acabar una vida sin sentido. ¿Se puede estar tan hundido?
Cómo se puede intentar poner fin a todo lo que has vivido. Cómo pensar en dejar de existir y no volver a sentir. No sé dónde te has perdido, pero sin duda amigo, ese no es el camino.
Tal vez la tranquilidad de no volver a sufrir, de no tener que seguir enfrentado cada día a esta dura realidad, te parezca una salida mejor que las demás. Pero jamás podrá superar la eterna paz todo lo que perderías.
La incomparable alegría de vivir tu vida, los momentos compartidos, las risas sin sentido, la emoción de viajar sin importar el destino. La ilusión de descubrir un mundo nuevo, el nervioso temblor de una voz al decirte “te quiero”.
Tanto por hacer, tanto placer, tantas cosas nuevas por conocer. Aunque ahora no los veas existen mil motivos y por eso te pido que te quedes conmigo, que no saltes al vacío. |
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