En la punta del mundo, en la cima del viento, donde ya nadie llega, donde ya nada suena se escucha un lamento, un grito mudo que con el viento el olvido se lleva.
Es mi grito de vida, grito de libertad, de vida no vivida, vida en cautividad. En el mundo cautivo voy viviendo la muerte, pues sin morirme vivo en un mundo que muere. Ya que ahora el hombre es un tonto y engreído, que un mundo al revés crear ha conseguido. Y no sé ya dónde si evadirme pudiera querría que me llevara el viento. A algún lugar sin nombre... |
Estrellas difusas > Poesia >