Me han robado lo que nunca fue mío, se han llevado mi aire, mi mar, en mi interior solo queda vacío y en mis sueños ya no puedo volar.
Me asomo a mi corazón y es como ver el fin del mundo, cien mil hojas en blanco entre las que me hundo.
Una espesa nada invade mi ser, inunda mi alma, me va a hacer caer, estoy mareada y no logro parar y no puedo amar pues todo cuanto quiero se va. Y yo me muero, me ahogo en mi propio mar.
Tan solo quiero besar a aquel que me enseñó a volar y navegar juntos por toda la eternidad. Pero vacía; y sin alas; me despeño. Sin mis plumas caigo sin remedio. Y esta vez mi pesadilla no es un sueño. Se abren mil heridas por las que brotan mis sueños, mis miedos, mi vida, en forma de gotas de blando cristal hasta dejarme vacía, hasta escurrir por los ojos todo el agua que tragué de tu mar. |
Estrellas difusas > Poesia >